La estructura atómica es la base de la química. Se compone de un núcleo central que contiene protones y neutrones, rodeado por electrones que orbitan en diferentes niveles de energía.
La tabla periódica organiza los elementos según su número atómico, propiedades químicas y físicas. Es una herramienta esencial para entender las relaciones entre los elementos.
Los enlaces químicos incluyen enlaces iónicos, covalentes y metálicos. Determinan cómo interactúan los átomos para formar compuestos y moléculas.
En una reacción química, los reactivos se transforman en productos mediante la ruptura y formación de enlaces químicos, liberando o absorbiendo energía.
Los principales estados de la materia son sólido, líquido, gas y plasma. Cada estado tiene propiedades físicas únicas que dependen de la energía y la estructura de las partículas.
La termoquímica estudia los cambios de energía, principalmente en forma de calor, durante las reacciones químicas y los procesos físicos.
Los ácidos son sustancias que liberan protones (H+) en solución, mientras que las bases los aceptan. Su interacción es esencial para muchos procesos químicos y biológicos.
La química orgánica se centra en los compuestos que contienen carbono. Es fundamental para comprender los procesos biológicos y el diseño de nuevos materiales.